Tiempo
- Verónica Alejandra River
- 15 abr 2021
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 10 jul 2023

Son las 11:46 pm. Ya no espero que el reloj desaparezca de mi mente porque hace parte de mi cuerpo. Me corroe lentamente consumiendo sin compasión mi carne: esta instaurado en cada vertebra de mi espalda palpitando en mi cerebro como un huevo. Respiro y lloro entre las delicadas hebras de mis músculos y órganos. He intentado huir con el césped alto pero mi sombra finalmente me ha alcanzado, y ahora tritura notas de una canción antigua que me hiere. Me exprime gritos desde dentro. Entretejido esta mi destino por la mano orfebre de algún Dios (Saturno) que me forja entre las llamas de mi infierno. Soy su libación. Me han drogado esta noche para que mis pensamientos no vuelen mientras las campanas duermen. La estrella del alba muy pronto ascenderá en el horizonte para anunciar mi ejecución. El camino se torna azul violáceo mientras sueño. ¡Serena madre del olvido!-grito-¡patria de los desdichados!...acobija entre tus estrellas mi noche y no permitas que la vida me alcance en un corcel blanco para anunciar mi muerte con el nacimiento del sol. Una caracola reposa sobre mi seno y otra entre mis labios. Soy tu seguidora. He traído libaciones desde oriente a tu nombre. No soy pura (lo confieso), pero concédeme siquiera la gracia de soñar tranquila entre los gritos de mi mente mientras agonizo. Las moiras me han salpicado los pies con sangre consagrada. Han nacido girasoles y trigo a mi paso. Levito -quizás por ultima vez- entre las sombras de la nada (...)
Fragmento.
V. A. R.
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